LOS LUNES FELICES


Hay cosas que se aprenden con la edad. Algunas personas lo hacen en su juventud y a otras nos cuesta algo más. Una de estas cuestiones es darnos cuenta que la vida es como es, que esto es lo que hay. Y cuanto antes nos demos cuenta antes empezaremos a ser un poco más felices.

Continuamente encontramos situaciones que no nos gustan: algunos dirigentes son ladrones de guante blanco, el compañero de trabajo “trepa” que antepone su ascenso laboral a cualquier otra consideración y no le importa pisar a los demás, ese amigo que nunca te cuenta una alegría,… y así podríamos seguir casi hasta el infinito.

Creo que el quid de la cuestión está en no instalarse en la queja, aceptar la situación e invertir nuestra energía en intentar cambiar aquello que nos desagrada.

Si hay algo en el mundo con lo que no estás de acuerdo promueve, por ejemplo, una petición en la veterana Change.org o inicia un debate en Migobi. Y si crees que este tipo de movilizaciones no sirven de nada es que aún no conoces casos como el del bloguero Pablo Herreros, que se enfrentó a Telecinco por el pago a un criminal en el programa La Noria.

Quizás tu “problema” sea más cercano y personal. Opinas que te portas muy bien con todo el mundo y nadie te corresponde. Pues no gastes tu tiempo y energía en mortificarte: “¿Seré un raro?”, “Este mundo no es para mi”, “Todos son malas personas”, “Todo y todos confabulan para ir en mi contra”… En lugar de esto:

relativiza: nada es tan malo como parece.
cada uno es como es y no le pidas peras al olmo: algunas personas se acordarán siempre de felicitarte en tu cumpleaños y otras no se acordarán nunca pero estarán siempre dispuestas a ayudarte para poner en marcha ese aparato electrónico que se te resiste.
hazlo saber: que tus amigos, familia, compañeros de trabajo sepan lo que te desagrada, díselo cortesmente. Así podrán hacer un esfuerzo por hacerte más feliz, seguramente nunca pensaron que aquello que hacían, o dejaban de hacer, te estaba molestando. Y si después de saber tus inquietudes no cambia nada te toca aceptarlo sin darle más vueltas.
Si en lugar de quejarte continuamente te dedicas a intentar cambiar la situación tendrás 3 beneficios en pro de tu felicidad: no incides en lo negativo, dedicas tu energía a conseguir algo positivo y algunas cosas lograras cambiarlas.

Via: El Blog alternativo