Responsabilidad de las Autoridades Sanitarias


Responsabilidad de quienes permiten que los cigarrillos contengan hasta trescientas sustancias innecesarias, muchas de ellas no ya toxicas sino cancerigenas.
Según la OMS, el consumo de tabaco es responsable del 90% de las muertes por cáncer de pulmón, del 95% de las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, del 50% de la mortalidad cardiovascular y del 30% de las muertes que se producen por cualquier tipo de cáncer”.
Pocas dudas hay en la comunidad científica de que las muertes y los graves efectos sobre la salud derivados del consumo de cigarrillos, son en realidad atribuibles a los aditivos tóxicos (muchos de ellos cancerigenos), que la industria añade para potenciar su consumo.
Las Autoridades Sanitarias, son los responsables directos de consentir la presencia en el mercado, de productos gravemente dañinos para la salud. Unos productos que llegan a contener más de 300 sustancias químicas diferentes 69 de ellas claramente cancerigenas.
La industria tabacalera introduce en los cigarrillos las sustancias toxicas que se les antoja. Si los poderes públicos no lo permitieran, estas no tendrían mas remedio que retirarlos para seguir comercializándolos y el índice de enfermedades y muertes bajaría en picado.
Nada que decir sobre el tabaco, la nicotina, el alquitrán, el monóxido de carbono o aquellas otras sustancias que los consumidores (activos y pasivos), saben que contienen los cigarrillos y aún así eligen consumir ejerciendo su libre albedrío pero si sobre los casi tres centenares de sustancias que la propia industria ha admitido ante la Administración estatal que añade a los cigarrillos, la mayoría como ‘aromatizantes’, muchas de las cuales están reconocidas internacionalmente como adictivas, tóxicas y/o cancerígenas. Y todo ello el consumidor no lo sabe porque ni los responsables del Ministerio (ni los de la industria tabaquera), se lo han comunicado jamás.
La toxicidad demostrada de los aditivos químicos añadidos al tabaco. Son puro veneno y el sentido común indica que quien pone veneno (en mayor o menor cantidad), en un producto destinado al  consumo humano comete un delito. Y el Gobierno que lo consiente o permite también.
Las Autoridades consideran suficiente que en las cajetillas aparezca la frase "El tabaco puede matar", cuando lo cierto es que el consumidor cree que ese peligro se reduce a los posibles efectos del alquitrán, la nicotina y el monóxido de carbono pero ignora que además hay muchas más sustancias tóxicas, decenas de ellas, cancerígenas
La toxicidad demostrada de los aditivos químicos añadidos al tabaco. Son puro veneno y el sentido común indica que quien pone veneno (en mayor o menor cantidad), en un producto destinado al  consumo humano comete un delito. Y el Gobierno que lo consiente o permite también.
Las Autoridades consideran suficiente que en las cajetillas aparezca la frase "El tabaco puede matar", cuando lo cierto es que el consumidor cree que ese peligro se reduce a los posibles efectos del alquitrán, la nicotina y el monóxido de carbono pero ignora que además hay muchas más sustancias tóxicas, decenas de ellas, cancerígenas.
“Las autoridades sanitarias advierten que el tabaco perjudica a la salud” o la más contundente de “El tabaco puede matar” insertas en las cajetillas de cigarrillos no pueden ser en modo alguno alegadas como una advertencia que exonera sin más a los responsables de la Administración y de las empresas porque para considerarse un contrato de adhesión los consumidores tendrían que haberlo manifestado así expresamente mediante su firma. Aceptación que no se ha producido y que además, para tener algún valor, debería haberse efectuado con todos los datos a disposición del consumidor. que ignora realmente lo que contienen tanto los cigarrillos como el humo que produce su combustión”. Para lo único que realmente han servido semejantes advertencias es para blindar a la industria de posibles reclamaciones de particulares, para proteger a las tabaqueras y no a los consumidores.
Los no fumadores tienen derecho a evitar que los fumadores les envenenen y éstos, si deciden seguir fumando (porque quieren o no pueden dejarlo al ser adictos), derecho a fumar sólo tabaco sin  que a este se le agregue veneno de forma intencionada.
(Articulo completo en Discovery Salud)