Las abuelas que cuidan de sus nietos

Las desigualdades por motivo de género se hacen patentes, sobre todo, en las mujeres mayores. A cierta edad, sus consecuencias no pueden ocultarse debido a la acumulación de desventajas a lo largo de toda la vida. Un informe sobre "el papel de la mujer en una sociedad que envejece", elaborado por la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género y presentado en el Parlamento Europeo, ha sido la piedra de toque para poner de relieve esta cuestión. Las mujeres son mayoría, viven más años y son un recurso imprescindible para muchas familias.
El pleno del Parlamento Europeo ha pedido a la Comisión que presente antes de finalizar 2011 un plan de acción con medidas para reforzar la solidaridad intergeneracional, como sistemas de apoyo a las mujeres que se encargan de sus nietos mientras los padres trabajan. Dicho plan también debería contemplar cambios para mejorar la coherencia de las pensiones, los permisos para prestar cuidados y el trabajo a tiempo parcial, así como más recursos para la investigación científica relacionada con el envejecimiento.
La Cámara de Estrasburgo quiere igualmente aprovechar los conocimientos y experiencia profesional de las personas mayores creando asociaciones que asesoren en la búsqueda de empleo. El informe parlamentario defiende, en general, la discriminación positiva para mejorar la situación de las mujeres mayores y reclama a los Estados miembros campañas de información para resaltar el valor social de la gente mayor.
El texto, que ha cosechado 562 votos a favor, 78 en contra y 29 abstenciones, pide también a los Estados miembros crear permisos pagados por motivos de atención distintos del parental e insiste en que las ocupaciones del hogar limitan a quienes ejercen esta labor las posibilidades de trabajar fuera de casa.
Los diputados insisten en que la atención informal en el hogar restringe las posibilidades de trabajar fuera de casa de la persona que presta los cuidados, y opinan que una forma de reducir la pobreza de las mujeres de edad es el apoyo a sistemas flexibles, como el trabajo a tiempo parcial y el trabajo compartido.
Uno de los ponentes ha declarado que "el envejecimiento es a menudo visto como una barrera. Sin embargo, las personas mayores enriquecen nuestra sociedad cuidando de nuestros hijos y aportando sus conocimientos en el trabajo. También son muy importantes como consumidores".
El texto adoptado concluye que es necesaria una política global de apoyo a los cuidadores informales, en gran mayoría mujeres, que abarque "su estatuto, sus derechos a prestaciones y sus derechos a la seguridad social, la prestación de servicios sociales y de apoyo y la disponibilidad de servicios de cuidados profesionales", entre otros. 
Por otro lado, solicita que se fomenten las políticas de apoyo al núcleo familiar, que faciliten la decisión de si optan por cuidar ellos mismos de sus familiares mayores de edad o si piden servicios sociales complementarios, y que en ambos casos la ayuda esté retribuida.