La velocidad al caminar se relaciona con una mayor o menor supervivencia en personas Mayores.
Según el estudio, que ha analizado datos de nueve estudios previos, ha determinado que caminar más rápido en ancianos se relaciona con mayores periodos de supervivencia.
Stephanie Studenski, de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, es la investigadora principal del trabajo, en el que se concreta que la expectativa de vida está siempre sujeta a la salud y a la capacidad funcional, más allá de la influencia de la edad y el sexo.
Los científicos afirman que el modo de caminar podría ser un indicador importante del bienestar de una persona, principalmente entre los adultos mayores. Actualmente, no existen estrategias establecidas para predecir los años que podrá vivir una persona. Y la manera de andar podría potencialmente ser un indicador de salud y de una vida larga.
Se han estudiado datos de casi 35.000 personas mayores de 65 años y se ha realizado un seguimiento de entre 6 y 21 años (la media de edad de los participantes era de más de 73 años, el 60 por ciento eran mujeres y el 80 por ciento de raza blanca). Para cada participante se calculó la velocidad teniendo en cuenta la distancia y el tiempo empleados.
Para medir la velocidad al andar de cada participante se calculó la distancia en metros por segundo desde un punto de salida hasta los seis metros, indicándoles que caminaran a su ritmo normal, como lo harían en la calle.
La velocidad promedio de los participantes fue de 0,92 metros por segundo. Los investigadores siguieron un registro de los participantes durante 21 años y se encontró que durante el curso del estudio ocurrieron 17.528 muertes. En general la tasa de supervivencia de 5 años fue de 84,8% y la de 10 años fue de 59,7%. Y aunque la velocidad al caminar resultó vinculada a las probabilidades de supervivencia en todas las edades y tanto en hombres como mujeres, fue especialmente marcada en los mayores de 75 años, dicen los investigadores.
Caminar requiere energía, control de movimiento y apoyo y exige un esfuerzo en múltiples sistemas de órganos, incluido el corazón, los pulmones y los sistemas circulatorio, nervioso y músculo esquelético.
Los años pronosticados de longevidad para cada sexo y edad aumentaron a medida que se incrementó la velocidad al caminar.
Las velocidades de 1 metro por segundo o más demostraron de forma consistente una supervivencia más larga de la que esperaba. Los investigadores creen que hay varias razones por las cuales la velocidad al caminar puede ser un vaticinador de supervivencia.
La disminución en la velocidad del andar refleja tanto daños en esos sistemas como un alto costo de energía al caminar. Las personas que caminan con una velocidad menor a 0.6 metros por segundo están en un mayor riesgo de mortalidad prematura.
Los científicos creen que la velocidad al andar podría ser una herramienta útil para identificar a los ancianos con mayores probabilidades de vivir 5, 10 o más años y a aquéllos con mayor riesgo de muerte prematura. Estas personas, podrían ser incluidas en estrategias preventivas que podrían brindar muchos beneficios.