El Voluntariado de los Mayores

Trabajar para los demás y hacerlo sin esperar nada a cambio. Esa es la labor del voluntariado. Sin embargo, a pesar de no esperar nada es mucho lo que reciben.
Reciben la satisfacción de ayudar, de ilusionar a otros, de arrancar una sonrisa, de dar un motivo para vivir, de mostrar un camino…Reciben, en fin,mucho más que lo que dan.
Cerca de medio centenar de personas conforman el voluntariado de mayores en Alcobendas. Personas como Ángel, Carmen, Teresa, José Luis, Pepi, María… Nombres propios tras los cuales hay una historia y una afán, ayudar a los demás.
 “El Voluntariado de Mayores comenzó en Alcobendas en el año 2000 y cada vez está más consolidado”, explica Nieves, una de las terapeutas del Ayuntamiento de Alcobendas.
Son voluntarios que acompañan a otras personas en sus hogares, que ayudan a los escolares a cruzar con seguridad en las entradas y salidas de colegios, que enseñan a los demás informática o pintura, que organizan grupos de encuentro o que se acercan a los más pequeños a través de encuentros  intergeneracionales.
“Yo llegué a esto del voluntariado por accidente, literalmente. Tuve y un accidente en el año 95 y me di cuenta del valor de la compañía cuando se está convaleciente. En ese momento me prometí que cuando me recuperase ayudaría a que otros no se sintieron solos”, dice Teresa.
Carmen y Ángel a sus 82 y 84 años son un matrimonio de voluntarios. Llevan ocho años dedicados a la labor de acompañamiento. “Solemos ir unas dos horas diarias al domicilio de personas que suelen tener problemas de movilidad y no salen de casa”. Al principio muestran cierto recelo pero, luego, van cogiendo confianza y hablan, se comunican, nos cuentan sus cosas, hacemos juegos…”, explica Carmen. “Cuando haces estas labores no esperas nada a cambio sin embargo finalmente sientes tal gratificación que, en realidad, recibes el mil por uno de lo que das”, dice Ángel.
Charo es otra de las personas que ofrecen su labor como voluntaria. En su caso forma a otras personas aprovechando sus conocimientos, no hace falta ser titulado, diplomado o licenciado. Uno enseña lo que sabe.
“Yo doy un taller de informática que he llamado para `torpes´ aunque nada más lejos de la realidad.
Las ganas, la ilusión y el entusiasmo que ponen los alumnos es increíble y eso les hace aprender”.
Ana da clases de sevillanas y José Luis se encarga de los temas de fotografía. “Llevo cinco años enseñando sevillanas y hemos formado ya dos grupos: de iniciación y de perfeccionamiento.
Esta actividad hace a los mayores que van a clase estar activos, divertirse y hacer ejercicio”, dice Ana.
“Los mayores tenemos mucho que contar, mucho que hacer, mucho que aportar. Me gustaría animar a otras personas a que ocupen su tiempo trabajando como voluntarios.
Al hacer voluntariado nosotros nos enriquecemos transmitiendo lo mejor que sabemos hacer que es ayudar, ayudándonos. Conoces personas, estás activo, hacer feliz a otros y tú te sientes bien”, explica José Luis.
Y así otros muchos nombres, otras muchas personas, casi cincuenta que regalan su tiempo como voluntarios. Son mayores de Alcobendas que un día dieron el paso y que no se arrepienten. “Mientras haya fuerza seguiremos ayudando”, coinciden. Como ellos cualquiera puede ser voluntario. Bastan ganas, fuerzas e ilusión.
El Consejo de la Unión Europea ha decidido que finalmente el 2011 será el Año Europeo del Voluntariado.

Via: Numero 2 de la Revista "Zona Senior"