La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en febrero que al menos 12 países registraron casos de narcolepsia en niños y adolescentes que previamente habían sido vacunados contra la gripe A. El Comité Consultivo Mundial de la Seguridad de Vacunas de la OMS publicó un comunicado en el que especifica que “desde agosto de 2010, y tras masivas vacunaciones contra el virus de la gripe H1N1 en 2009, se detectaron casos de narcolepsia en niños y adolescentes en al menos 12 países“.
La marca que está en el ojo del huracán es Pandemrix, de GlaxoSmithKline, una de las que compró el Ministerio de Sanidad español entonces gobernado por Trinidad Jiménez para combatir la “pandemia”.
Lo de la narcolepsia, como me comenta el médico Juan Gérvas era algo que ya se había comentado, al fin se reconoce de manera”oficial”. Y es que como se preveía uno de los efectos secundarios que tiene esto de inventarse pandemias es que el bumerang te devuelve el descrédito absoluto de todas las vacunas y en especial de las de la gripe. Si es que son unos antivacunas redomaos, estos de la OMS, las farmacéuticas y los políticos pesebreros y sumisos. Y como aquí la mayoría rechazó su ofrecimiento, con generoso afán exportador y humanitario la OMS ha donado 36 millones de dosis de la vacuna Pandemrix a 18 países en desarrollo, tres de ellos latinoamericanos.
La marca que está en el ojo del huracán es Pandemrix, de GlaxoSmithKline, una de las que compró el Ministerio de Sanidad español entonces gobernado por Trinidad Jiménez para combatir la “pandemia”.
Lo de la narcolepsia, como me comenta el médico Juan Gérvas era algo que ya se había comentado, al fin se reconoce de manera”oficial”. Y es que como se preveía uno de los efectos secundarios que tiene esto de inventarse pandemias es que el bumerang te devuelve el descrédito absoluto de todas las vacunas y en especial de las de la gripe. Si es que son unos antivacunas redomaos, estos de la OMS, las farmacéuticas y los políticos pesebreros y sumisos. Y como aquí la mayoría rechazó su ofrecimiento, con generoso afán exportador y humanitario la OMS ha donado 36 millones de dosis de la vacuna Pandemrix a 18 países en desarrollo, tres de ellos latinoamericanos.
En los EE.UU. continúa el debate abierto sobre eficacia, seguridad, uso o no de vacunas y los daños que muchas pueden provocar. El mes pasado se publicó sobre un caso de un niño al que unas vacunas le han provocado presumiblemente diversos daños y sus padres no pueden demandar al fabricante del preparado porque al niño no le habían puesto la vacuna de última generación, supuestamente más segura la elegida. En Canadá, un Comité de Vacunas aconseja en el mismo sentido. Los contratos para la compra de las vacunas contra la gripe A probablemente incluían claúsulas semejantes, por lo que la Ministra de Sanidad de Poloniano firmó el contrato.
Y lo penúltimo que se ha publicado es que el Ministerio de Salud de Japón ha detenido el uso de vacunas fabricadas por Pfizer y Sanofi-Aventis para prevenir la meningitis y la neumonía tras conocerse la muerte de cuatro niños un día después de ponérselas. Una de las vacunas cuestionadas es Prevenar, que no se contempla en el extenso y discutido calendario vacunal español pero que muchos pediatras están aconsejando.
Ante todo esto y mucho más, Gérvas se pregunta: Los fabricantes de vacunas ¿son inimputables? Si es una tendencia general, es de temer un menor rigor científico.
Publicado por Miguel Jara