Caminar cada día

Es una forma universalmente conocida y económica para mantenerse activo. Puede practicarse en cualquier momento y lugar, es segura y efectiva ya que cada persona elige su ritmo y nivel.
Caminar regularmente traerá aparejado beneficios fisiológicos y psicológicos significativos a lo largo del tiempo, como ser:
-Cardiovasculares: Mejora la oxigenación del organismo; ayuda a disminuir la presión arterial; disminuye el riesgo de arterioesclerosis al incrementar los niveles de HDL (lipoproteínas de alta densidad) ó colesterol bueno; disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares al disminuir los niveles de LDL (lipoproteínas de baja densidad) ó “colesterol malo”; acelera el proceso de rehabilitación después de un infarto cardíaco, y contribuye a la entrada de glucosa a  la célula, por lo tanto es efectiva en pacientes diabéticos.

-Endocrinológicos: Ayuda a controlar el peso quemando grasa y combate la constipación o estreñimiento.
-OsteoMuscular: Incrementa la masa muscular, mejora el rendimiento físico, ayuda a prevenir la osteoporosis, y disminuye el avance de la artrosis de rodilla y caderas.
-Psicosociales: Mejora la capacidad de concentración, reduce los niveles de stress, combate el agotamiento psíquico, produce endorfinas y disminuye la depresión.
-Generales: Promueve una sensación de fuerza y bienestar general, alimenta el espíritu al ponernos en contacto con el medio ambiente y la naturaleza, al practicarlo acompañado, baja las tensiones y favorece el diálogo; es accesible y seguro para casi todas las personas; es ideal para establecer el propio ritmo y elegir el momento en que cada uno puede y desea hacerlo; sencillo y da resultado aun haciéndolo lentamente; es placentero.
En primer lugar se deberá establecer una distancia que no supere los 15 minutos de caminata como mínimo. Luego hay que tener en cuenta la superficie: debe ser plana para no perjudicar rodillas ni tobillos. Mantener la espalda y pecho erguidos y balancear los brazos hacia delante y atrás a medida que se avanza. Se debe comenzar lentamente y acelerar  el ritmo sin llegar a agitarse.
Al comenzar, se recomienda hacer cinco minutos de pasos de paseo, como si se caminara normalmente. Luego caminar más fuerte, con balanceo de brazos, apoyando primero el talón en cada paso y cuidando que la punta del pie toque el piso antes de despegarla. Los más entrenados pueden hacer caminata rápida, más intensa, con pasos cortos y veloces.
Camine derecho, con un ritmo cómodo y confortable. No encorve los hombros, ubíquelos hacia atrás y abajo. Mantenga el pecho abierto. Lleve la cabeza derecha, no pegue el mentón al pecho ni lo suba demasiado. Tensione ligeramente el abdomen y los glúteos para mantener el torso alineado. Los dedos de los pies deben apuntar directamente al frente y los brazos deben colgar flojos a los costados. Apoye el talón en el suelo y vaya hacia delante hasta el comienzo del pie (talón, planta, punta). De pasos largos pero cómodos, la medida es aquella que no esfuerce en exceso sus músculos ni le produzca dolor. Respire sólo por la nariz. Si es necesario, al comienzo del entrenamiento hágalo por boca y nariz en forma simultánea.
El calzado adecuado para caminar debe cumplir con ciertas características que es preciso observar en el momento de comprarlo: ágil y liviano, ventilado, holgado, que no se incline hacia los costados, base acolchada, suela con dentado profundo y durable, curva, para facilitar el arco anatómico apoyo de talón primero y punta después, talón reforzado, más alto que la punta, media suela firme, para amortiguar los impactos, buena puntera, y no debe doblarse en la mitad del pie, sino en la almohadilla, atrás de los dedos.
Nadie puede decir con exactitud qué tan lejos o rápido caminar en un principio. El paso y la distancia se determinan a base de practicar y entrenarse.
Aquellas personas que deseen medir la intensidad de su ejercicio, además de hacerlo mediante la frecuencia cardíaca, deben saber que para mantener un ritmo adecuado se necesita ser capaz de mantener una conversación mientras camina. Si la persona está sin aliento suficiente para hablar significa que está caminando demasiado rápido.
Hay que escuchar al cuerpo al caminar. Si hay  mareos, dolor o algún otro síntoma inusual reducir la velocidad o detenerse es lo adecuado. Si el problema persiste hay que consultar con el médico  antes de volver a su rutina.

Via:Diario Digital de Santa Fe