Mayores & Mascotas

Hay toda una serie de estudios que ponen de relieve los beneficios de la interacción entre las personas mayores y sus mascotas.
Debe destacarse para explicar los firmes lazos que se establecen entre los humanos y los animales el hecho que éstos últimos en su interrelación con los humanos no tienen en cuenta su estado de salud, su riqueza, educación, o vestimenta y por lo tanto sus sentimientos nacen de una reciprocidad de lo que reciben.
Cuando un adulto mayor se preocupa por una mascota, se vuelve más activo en su vida diaria, ya que tiene un mayor sentido de un propósito, y de la responsabilidad que lo mantiene motivado. Y a medida que día a día cuida e incrementa la vinculación con su mascota, también comienza a cuidar mejor de sí mismo.
Las investigaciones demuestran que las personas mayores dueñas de mascotas a menudo tienen una menor presión arterial que aquellos que no tienen mascotas, y también son menos deprimidos en general.
Además, un estudio de pacientes de Medicare (USA) mostró que las personas mayores que son dueños de perros tienen menos visitas al médico que las que no lo son. Otro gran beneficio para los ancianos al tener una mascota es un mayor sentido de comodidad y seguridad, porque tienen un amigo de confianza a su lado.
En un programa aplicado a un grupo de jubilados que vivían solos en una ciudad industrial de Gran Bretaña se comprobó que la compañía de pájaros propios o en el vecindario produjo resultados mucho más satisfactorios(en términos de comunicación)que la provisión de televisores o los talleres de jardineria.
El cuidado de una mascota, sea ésta un pájaro, un perro, un gato o una iguana, obliga a su dueño a su propio cuidado, recreando nuevamente sus sentimientos de cariño y afecto al tener otra vez destinatario directo y concreto, después de haber sufrido muchos de ellos el alejamiento o muerte de sus seres queridos.
La instalación de peceras en algunos hogares de Mayores ha tenido efectos muy positivos entre los residentes, quienes simplemente los observan e intercambian conversaciones acerca de su comportamiento o habilidad. Evidentemente que el estímulo visual es importante pero no puede compararse en modo alguno con las sensaciones producidas por el contacto con un perro o un gato.
En conclusión: tener una mascota es una gran cosa para las personas mayores, y es de esperar que mas ciudades pondrán en práctica programas de promoción y adopción de mascotas adultas para la tercera edad, para que los animales de compañía y los Mayores puedan beneficiarse los unos a los otros.