Mayores y sexualidad

Los mitos, a fuerza de ser socialmente aceptados, terminan confundiéndose con la realidad, esto sucede con más fuerza en el campo de la sexualidad. Uno de ellos es la creencia de que las personas de la tercera edad no deben siquiera pensar en relaciones sexuales calificando a esta etapa como asexuada. 



Contrario a estas creencias socialmente aceptadas, los estudios demuestran que el interés sexual persiste en la tercera edad, en hombres y en mujeres, sin embargo, las presiones sociales pueden hacer que este interés no se exprese abiertamente.

Una de las principales características del envejecimiento es la disminución de ciertas

capacidades, entre ellas la sexualidad: “ya no es lo mismo que antes”, es cierto, pero el
organismo debe adaptarse a estas nuevas condiciones. Los cambios deben ser asumidos a conciencia. En las mujeres disminuyen las secreciones vaginales y pierden elasticidad los músculos de la vagina, la excitación se hace más lenta y demora más tiempo en alcanzar el orgasmo. En los varones la erección tarda más en aparecer y esta no es tan firme, también toma más tiempo en alcanzar el orgasmo, el volumen de semen disminuye al eyacular, se pierde rápidamente la erección después de la eyaculacion, pero en términos fisiológicos la respuesta sexual, en ambos sexos, no varía significativamente y puede seguir siendo placentera.

¿Por qué entonces muchas personas de la tercera edad renuncian a su sexualidad? Las
causas son diversas: muerte de la pareja, problemas sexuales, errores de concepto asumidos como verdades, presiones familiares y sociales, negación del propio cuerpo, baja autoestima, miedo a fallar, problemas económicos, depresión, enfermedades, fatiga, alimentación y bebida
en excesos, falta de pareja, temor a fallar en el caso del hombre, temor a ser comparado con parejas anteriores.

Las verdaderas razones por las cuales una persona sana renuncia a la actividad sexual, en la tercera edad, casi siempre son de índole psicológica o sociocultural. La satisfacción obtenida de ella está relacionada con la vida sexual anterior: “se envejece tal como se ha vivido”. La sexualidad puede continuar siendo satisfactoria y desaparecerá, es cierto, pero con la muerte.