El papel del mayor en la sociedad actual (especialmente en los países desarrollados) está en un cambio constante. En las antiguas civilizaciones el anciano era importante: era respetado, sus consejos se valoraban y se seguían, y eran un elemento clave para el buen funcionamiento de la sociedad. Pero los tiempos cambian. En la sociedad moderna, llena de adelantos tecnológicos, se valora más la productividad y la utilidad inmediata que la experiencia acumulada durante años.
La idea de nuestra moderna sociedad sobre la vejez es negativa: dependen de sus familias, tienen menor poder adquisitivo, producen un mayor gasto sanitario y en pensiones....
Es curioso que esa misma sociedad no piense que esas personas mayores han dedicado sus mejores años a criar a sus hijos, a trabajar para que el país tenga un mayor desarrollo, etc.
Pasados los cincuenta es fácil empezar sentirse desubicado. En ocasiones las personas mayores llegamos a creernos los tópicos, tanto que los hacemos reales. Y terminamos criticando a nuestros coetáneos más activos por no resignarse ("mira que -casarse, subir una montaña, irse de excursión con la tienda de campaña, vestir así- a su edad").
Debemos ofrecer nuestra experiencia. Despreocupándonos de aquellos que no la saben apreciar. Una actitud positiva y el convencimiento de que tenemos que seguir adelante es fundamental. ¡¡No nos quedemos en la butaca esperando que nos lleven el periódico. Debemos ir a comprarlo nosotros mismos y vivir nuestra propia vida!!
Via: Nº 3 de la Revista "Zona Senior"