Saramago y la conciencia

La alternativa al neoliberalismo se llama conciencia.
Conciencia no es un sistema económico. No es la organización del mercado. No es un régimen político nuevo. Pero es algo más que todo eso. Es la conciencia que hay que tener contra todo y contra todos los que precisamente entiendan que lo que no hay que tener es conciencia.
En eso es lo que tenemos que formarnos todos los días, en la reflexión, en el debate, en el examen profundo de las cosas, de las circunstancias. No hay nada mas para oponerse a la negación de un sistema que esta quitando a toda la humanidad,(con excepción de a los que se aprovechan de eso).
Hay algo que debe preocuparnos, si lo que se esta preparando en el planeta es sencillamente un mundo para los ricos, claro que habrá pobres pero el mundo será para el disfrute de los ricos y los pobres estarán allí ¿para que?
Los poderosos de este mundo imaginan que entre el 20-25% de la humanidad lo que significa haciendo la cuenta lsobre los 6000 millones de seres humanos que ahora viven en la tierra, significa algo así como de 1000 a 1500 millones de seres humanos son para desechar.
No tienen condiciones para entender como funcionar o como trabajar con un ordenador. No tienen condiciones para llegar a estudios más o menos avanzados. No tienen condiciones para aplicar, utilizar y poner a funcionar una tecnología tan sofisticada como esta en que vivimos. Son para desechar.
Y aunque yo no estoy seguro de lo que voy a decir, no puedo estar seguro ¡claro!, me parece en todo caso bastante coincidente con esto, el hecho de que hay unos cuantos conflictos en el mundo donde nadie piensa en intervenir.
Que mas da que se maten, que se destrocen, que se degüellen unos cuantos miles o muchísimos miles de negros o indios o lo que sea. Quizás pertenecen al grupo del 20-25% de la humanidad que son para desechar, pues mientras se maten los unos a los otros no tendré yo que matarlos a ellos y así me facilitan las cosas.
Que es lo que tenemos nosotros para oponernos a eso. No tenemos poder, no estamos en el gobierno, no tenemos multinacionales, no dominamos las finanzas especulativas mundiales, no tenemos nada de eso. ¿Qué es lo que tenemos entonces para oponernos? Nada más que la conciencia.
La conciencia de los hechos. La conciencia de mi propio derecho. La conciencia de que soy un ser humano, sencillamente un ser humano y que no quiero ser mas que eso. La conciencia de que lo que esta en el mundo me pertenece, no en el sentido de propiedad, me pertenece como responsabilidad, me pertenece con derecho a saber, con derecho a intervenir con derecho a cambiar, eso se llama la conciencia.
Y esto no se gana, no se gana en un día para quedárselo uno hasta el final de su vida. Se gana y se pierde y se renueva todos los días.
Pero podéis preguntaros ¿pero, eso cansa mucho no?. Quizas si cansa, cansa porque implica, necesita y exige una tensión de espíritu que no renuncia, no se desanima y se alimenta.
No es algo solitario, no es que yo me ponga delante del espejo yo y mi conciencia ¡Que buenos, que maravillosos somos ella y yo!
No, eso se refuerza en el trabajo, en la acción, en el debate, en la reflexión conjunta, en el intercambio de ideas, en pensar, en reaccionar.
Yo recuerdo que hace años en una campaña electoral en Portugal, no era un mitin era lo que nosotros llamamos una sesión de información, yo no hice mas que esto, lleve un periódico y toda la comunicación fue el análisis, la critica del periódico desde la primera pagina hasta los anuncios,y estaba claro que estaba todo allí, que la sociedad estaba toda allí. La sociedad esta en un periódico, donde la sociedad realmente se encuentra es en las paginas de anuncios.
El retrato fiel, claro, más fiel más claro y más cruel de la sociedad esta allí. Todo lo demás, no es más (con alguna excepción) que la espuma con que quieren cubrirnos la lucidez, la mirada que es lo que necesitamos tener para saber no solo el mundo en el que estamos viviendo y como podemos cambiarlo.
Pero esa mirada que puede reconocer en el otro su amigo, su compañero, la persona necesaria se llama el encuentro entre las conciencias, se llama el momento en que las cosas empiezan a cambiar. Se llama el momento del “No puedo”, el momento del “No me da la gana”, el momento en que yo digo “Pues No”
Mirra y Montsilva en el Circulo de Lisboa, es un corrector de prensa que un día decide poner en esa historia del Circulo de Lisboa del siglo XII, que históricamente los cruzados iban a la tierra santa para ayudar al rey portugués a conquistar Lisboa que entonces pertenecía a los moros.
Y yo leia incansable esta historia, que era siempre la misma historia, que siempre estaba contando las mismas cosas, que esta poniendo las mismas fechas, que estaba escrita con los mismos nombres, dejando en la oscuridad, dejando en la ocultación a todos los otros.
¿Y quien son todos los otros? Todos los que no tienen lugar en la historia, para los que si quieren entrar en la historia se encuentran con la puerta cerrada, porque son el pueblo y el pueblo aquí no tiene nada que hacer, esto es cosa de ministros, presidentes y reyes, aquí no entres.
Y que es lo que hace Mirra y Montsilva, el que es solo un corrector cuando esta corrigiendo y encuentra estas palabras “Los cruzados ayudaron a los portugueses a conquistar Lisboa”, el añade un NO. Y lo que sale en el libro cuando se publica esta diciendo una contraverdad histórica que no es decir que los cruzados no ayudaron a los portugueses a conquistar Lisboa, pero lo que el esta diciendo es otra cosa. Es que no ha sido el señor Alfonso Enriquez el que ha conquistado Lisboa, han sido aquellos que no tiene lugar en la historia. Y ahora se le puede preguntar ¿Pero Vd. quiere una historia donde aparezcan todos los nombres? Yo diría no, no como nombres pero si con presencias reales y efectivas.
Tenemos un duro trabajo por delante. En el fondo, el mundo como es, como esta, no nos quiere. Si pudieran hacerlo, nosotros todos entraríamos en el 20-25% que son para desechar. Pero a nosotros no nos desechan porque nosotros somos conscientes, conscientes y conscientes y conscientes.
Via: Conferencia de José saramago