Aunque comience a una edad tardía, la actividad física ayuda a conservar la capacidad mental.
Los adultos mayores que se mantienen activos podrían ayudar a reducir sus probabilidades de perder capacidades mentales, sugieren dos nuevos estudios que aparecen en la edición del 19 de julio de la revista Archives of Internal Medicine, coincidiendo con Conferencia Internacional sobre la Enfermedad de Alzheimer, en París.
Los investigadores hallaron que los que estaban físicamente más activos tenían un riesgo 90 por ciento más bajo de desarrollar un declive cognitivo significativo, en comparación con los que estaban menos físicamente activos.
La actividad física de baja intensidad podría ser importante. "No se trata solo de trotar, nadar o montar bicicleta, sino que tal vez tan solo moverse por la casa, realizar tareas, caminar al aire libre podría también ser una protección importante contra el deterioro cognitivo".
"No debemos solo animar a la gente a hacer ejercicio, sino disuadirles de ser sedentarias", añaden ambos estudios.
Para el estudio, se reunieron datos sobre 197 hombres y mujeres que participaron en el estudio continuo de Edad, Envejecimiento y Composición Corporal. Los participantes tenían una edad promedio de 74 años cuando comenzaron el estudio, y ninguno tenía ninguna dificultad cognitiva, señalaron los investigadores.
Para determinar los efectos de la actividad sobre la capacidad mental, los investigadores midieron la cantidad total de energía utilizada por los participantes. Para hacerlo, usaron un método llamado "agua doblemente etiquetada", que muestra la cantidad de agua que pierde la persona, una medida objetiva de la actividad metabólica del individuo.
Durante los cinco años de seguimiento, el grupo de investigadores halló que los que tenían mayores niveles de actividad física tenían menos probabilidades de desarrollar cualquier déficit cognitivo, en comparación con los que tenían los menores niveles de actividad física. "Se trata de una asociación entre la actividad física y el cambio cognitivo".
En el segundo estudio, un equipo liderado por Marie-Noel Vercambre de la Fundación de Salud Pública de la Mutuelle Generale de l'Education Nationale en París, observó el efecto de la actividad física en mujeres que participaron en el Estudio cardiovascular de antioxidantes en las mujeres, que incluyó a mujeres con enfermedad vascular y tres o más factores de riesgo de enfermedad cardiaca.
El equipo de investigación determinó el nivel de actividad física en 2,809 mujeres al inicio del estudio, y cada dos años posteriormente. Además, llevaron a cabo entrevistas telefónicas con las mujeres, que incluían pruebas de capacidad mental y memoria. Las pruebas se administraron al inicio del estudio, y tres o más veces durante los próximos 5 años.
Los investigadores hallaron que las mujeres físicamente más activas tenían las tasas más bajas de desarrollo de declive cognitivo. Además, las mujeres que hacían caminatas a paso vivo por 30 minutos cada día, o su equivalente, tenían un riesgo más bajo de deterioro cognitivo.
El estudio finaliza comentando que la asociación entre la actividad física y la capacidad mental probablemente tenga que ver con la salud vascular general. "A medida que envejecemos, es probable que nuestros cerebros puedan soportar menos estrés”. Pero el ejercicio mejora la salud vascular.
Los beneficios del ejercicio sobre la capacidad mental pueden acumularse incluso si uno comienza a hacer ejercicio a una edad avanzada. "Podría haber incluso más beneficio ya que para una persona mayor, simplemente seguir caminando es un beneficio inmenso