La Ilimitada Generosidad del Vaticano


Una vergüenza más. En Etiopia la reunión que debería haber servido para conseguir el dinero suficiente, para paliar el hambre en Somalia (1000 millones de euros), ha fracasado. La Comunidad Internacional, ni tan siquiera con ayuda de los particulares ha llegado a esa cifra. De momento faltan doscientos millones, o sea lo que han costado los cinco fichajes de fútbol, más sonados, de esta temporada.

De todas formas, no es tan importante. Parte del objetivo se ha conseguido, creo que ahora un niño ya no morirá de hambre cada seis segundos, lo hará cada veinte.

Es de destacar el ejemplo de nuestro ilustre reciente visitante, el papa Benedicto, que conociendo el problema, ha destacado por su generosidad y su solidaridad.

Gracias Benedicto, no esperaba menos de ti. En un esfuerzo sin precedentes, habéis sido capaces de donar 300.000 euros, una cantidad enorme, es el equivalente a unos 80 pares de zapatitos rojos como los que llevabas, los de Stefanelli, Ya te veo volviendo a las sandalias de aquel primer Papa, Pedro. Esto es sacrificio, y luego dirán.

Voy a hacer un ejemplo, seguramente estúpido. Si el millón y medio de peregrinos que dicen que ocuparon Madrid hace una semana, hubieran aportado dos euros cada uno, la cantidad resultante –3 millones—, es diez veces la que el Vaticano ha enviado para paliar el hambre en Somalia. Pero no se preocupen, que esto es un juego demagógico. Las prioridades del Vaticano y sus peregrinos son las que son, y Somalia y sus preocupaciones pillan lejos. En cuerpo y alma.
¡Otra vez será!