Muy señor mío,
Por la prensa he descubierto que esos empresarios que graciosamente le regalaron un barco de lujo, el Fortuna, piden ahora su devolución.
Argumentan que aquel yate, que costó 21 millones de euros, no fue un
regalo, sino una "donación finalista" solo "para el uso y disfrute" de
la familia real. Y que si el Fortuna va a pasar a manos del Patrimonio
Nacional –es decir, de todos los españoles–, que mejor ya se lo quedan
ellos.
Puestos a pedir devoluciones, quiero mi parte:
lo gastado en combustible, salarios de la tripulación y mantenimiento
del barco durante estos 13 años en los que el Fortuna ha estado al
servicio de su real majestad. No conozco la cifra exacta de esa factura.
Como siempre que se tocan los dineros de la corona, nadie oficialmente
da detalles –hay quien dice que el Fortuna cuesta a Patrimonio 1,8
millones de euros al año–. Usted sabrá la cifra exacta –o tal vez ni
eso–, pero con seguridad no es barata: el Fortuna precisa de ocho
marineros para salir al mar y solo llenar el depósito cuesta 25.000
euros. Por comparar: un trabajador con el salario medio en España (unos
22.000 euros) necesita el sueldo bruto de algo más de un año para pagar
un depósito de su barco.
Además de los costes del
Fortuna, nos debe algunas explicaciones. ¿Cree que es normal que el jefe
del Estado de un país democrático acepte un regalo de 21 millones de
euros? Con su sueldo actual –292.752 euros brutos anuales–, usted habría
necesitado 71 años de su teórico salario (que tantos pagos en especie
deja fuera) para poder abordar un barco de esta cuantía. Los donantes
argumentaron que fue a cambio de promocionar el turismo en Baleares
pero, ¿es necesario un regalo así para que usted, el funcionario mejor
pagado de este país, promocione el turismo en España? Y la última
pregunta: ¿a cuánto ascienden y a cambio de qué los numerosos regalos
que ha recibido durante sus más de tres décadas al frente de la primera
institución del país? ¿Se puede saber la cifra y el detalle de los
donantes "finalistas" o es un secreto de Estado?
Via: Ignacio Escolar