Las funciones comenzarán a las 17,30 horas, en el salón de actos del Centro de Mayores Pedro González Guerra (c/ Orense, 7) y las entradas podrán recogerse el viernes anterior a cada función, desde las 16 horas, en todos los centros de mayores.
El grupo de teatro La Alegría, de Alcobendas, interpretará los sainetes La presumida burlada y El
Muñuelo, de Don Ramon de la Cruz.
Se trata de un montaje cómico y costumbrista ambientado en el Madrid de Goya, que pese a la crítica social que subyace, arranca las sonrisas del público. Por la escena desfilan truhanes, pícaros, damas coquetas y petimetres. En "La presumida burlada" es la dama más coqueta y de aires más altos la que al final se ve descubierta por su modesto y rural pasado."El Mañuelo", fué el último sainete que Don Ramon dió a la escena.
Biografia del Autor
De Don Ramón de la Cruz (1731-1794), no se tienen muchos datos sobre su vida. Se sabe que a los trece años vivía en Ceuta y que ya a esa edad compuso sus primeros versos y poco después a los 15 un Dialogo Comico. Su primera obra impresa fué una zarzuela en 1757.
A partir de 1760 va apareciendo cada año con más frecuencia el nombre de Ramón de la Cruz en las cuentas de los teatros y así entre 1760 y el fin de la temporada 1763-1764, entrego unos 40 sainetes y entremese originales.
El año 1764 ,arcó el nuevo rumbo que dió Ramon de la Cruz a la historia del teatro breve con el estreno, entre otros, de dos sainetes: La bella madre, y El petimetre, una de las muestras más significativas del genio satírico del autor, y origen de una polémica que habia de durar varios años.
En 1772 se produce el período más fecundo de Ramón de la Cruz: desde el principio de la temporada 1772-1773, hasta febrero de 1780 compuso poco menos de 200 obras entre zarzuelas, comedias, tragedias, sainetes, loas e introducciones.
El Ayuntamiento de Madrid, le distinguió con sus favores lo que le permitió ejercer un gran dominio sobre la vida teatral de la Corte, hasta el punto de que llegó a ser el verdadero director de los teatros madrileños de la Cruz y del Príncipe, cuya programación estaba en sus manos.
El propio Ramón de la Cruz intentó reunir su obra, que publicó en una colección incompleta de diez tomos (1786-1791). Enfermo de pulmonía en 1793, logró sanar, pero no recobró completamente la salud y tuvo tres recaídas; la última le llevó a la tumba.